Descubre por qué es esencial mantener tu piscina durante todo el año y cómo influye directamente en el estado y la estética del jardín.
En Greenflowers, sabemos que una piscina bien cuidada no solo mejora el hogar, sino que también protege el entorno que la rodea. Por eso, integramos el mantenimiento y cuidado de piscina como un servicio adicional a nuestros trabajos de jardinería, ofreciendo una solución completa para espacios exteriores.

¿Por qué es vital el mantenimiento de piscina durante todo el año?
Muchos creen que la piscina solo necesita cuidados en verano, pero no es así. El mantenimiento continuo previene problemas como la proliferación de algas, malos olores, deterioro de los equipos o acumulación de suciedad, evitando que estas condiciones perjudiquen también al jardín.
Un agua sin tratar puede convertirse en foco de insectos, bacterias o plagas que terminan afectando la vegetación. Por eso, una rutina constante de limpieza y vigilancia química es una inversión que protege tanto la piscina como el entorno.

Errores comunes en el mantenimiento de piscinas
Muchos propietarios, al asumir por cuenta propia el mantenimiento de su piscina, caen en errores que pueden tener consecuencias importantes a medio y largo plazo. Uno de los más frecuentes es utilizar productos químicos sin seguir las recomendaciones del fabricante o sin medir previamente los parámetros del agua. Esto puede llevar a un exceso de cloro, causando irritación en la piel y los ojos, o a un pH desbalanceado, lo cual favorece el deterioro de los materiales del vaso de la piscina.
Otro error habitual es la falta de atención al sistema de filtrado. El filtro es responsable de retener impurezas y mantener el agua cristalina, pero si no se limpia regularmente, se convierte en un foco de contaminación que reduce la eficacia de todo el sistema. Asimismo, muchos olvidan revisar el nivel del agua, especialmente en épocas de calor intenso donde la evaporación es mayor. Un nivel de agua demasiado bajo puede hacer que la bomba trabaje en seco, lo que termina por quemarla y requerir su reemplazo. Evitar estos errores no solo protege la instalación, sino que garantiza una experiencia segura y placentera para toda la familia.

Tan importante como la química del agua es el estado del sistema de filtrado y bombeo, el cual debe revisarse con regularidad para asegurar su correcto funcionamiento. Un filtro obstruido o una bomba con fugas pueden convertir una piscina limpia en un foco de contaminación en pocos días.
La bomba debe funcionar de manera silenciosa y continua. Ruidos extraños, vibraciones excesivas o goteos son señales claras de que algo no va bien. El prefiltro de la bomba, que suele recoger hojas, cabellos y residuos grandes, debe limpiarse al menos una vez por semana. Si se obstruye, el flujo de agua disminuye, obligando a la bomba a trabajar con más esfuerzo, lo cual puede sobrecalentarla y terminar por quemarla.
El filtro principal, ya sea de arena, cartucho o diatomeas, también requiere atención constante. Se recomienda hacer un retrolavado cada 2-3 semanas si se trata de un filtro de arena, o limpiar los cartuchos siguiendo las instrucciones del fabricante. Un filtro saturado no solo no limpia el agua, sino que la puede contaminar al liberar partículas retenidas anteriormente.

Elegir un servicio que combine jardinería con mantenimiento de piscina ahorra tiempo, dinero y asegura un entorno exterior bien cuidado y funcional. En Greenflowers hemos comprobado cómo este enfoque integral aumenta la satisfacción de nuestros clientes, mejora la estética del hogar y reduce los problemas de mantenimiento a largo plazo. Nuestro servicio personalizado asegura un exterior impecable, eficiente y listo para disfrutar en cualquier época del año.